El blasón de los BathoryLetra Viva editorial, Buenos Aires, 2021
Hay en el erotismo mucho más de lo que estamos dispuestos a reconocer.
Es un universo demente cuya profundidad, más allá de sus formas etéreas, es infernal.
Es la realidad más conmovedora, al mismo tiempo la más innoble.
Los aspectos contradictorios del erotismo son innumerables: su fondo es religioso, horrible, trágico, incluso inconfesable, ya que es divino.
Es la conciencia, en oposición a la delirante sangre fría que evoca el nombre de Erzsébet Bàthory, la que ordena estas frases desoladoras.
La conciencia humana debe tener conocimiento del horror en su máxima expresión.
Luego de su producción más cercana, las novelas En busca del tío perdido (Letra Viva, 2020), Caer en cuerpo muerto (Letra Viva, 2018), El absurdo acto de matar (Topía, 2016) y las obras de ensayo y psicoanálisis Huérfanos de Adán (Letra Viva, 2018), Vio la nena (Topía, 2011), Tiempo de despertar (Planeta, 2008), Carlos D. Pérez presenta este libro, concebido como postales. ¿Por qué postales? le preguntó Leo Salgado, el editor. Sencillo, respondió, son pantallazos, postales que tienden a lo conciso evitando la maraña de sucedidos y personajes que sustancian la novela. Dijo haberlo tomado de Postales, logrado título de un libro de Jean-Bertrand Pontalis leído años antes. Cuando lo buscó en la biblioteca, descubrió que el título es Ventanas.
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