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Porque cuando chico me acunaba el falo
la canción materna pa´ llamar al sueño
y escuché el rezongo de las castraciones
en las amenazas que me hacía el viejo.
Porque vi el desfile de los narcisismos
con mis pobres ojos mirando el espejo
y en la pobre pieza de mis buenos viejos
con ella canté una canción de incesto.
Y yo me hice neura,
me fui modelando en odio, ambivalencia,
en las amarguras de la transferencia,
en llantos de madre,
en las rebeldías del que es yoico y tiene
que cruzar los brazos
si el síntoma viene.
Y reprimí deseos
porque el superyó es fuerte,
tiene algo de vida, tiene gusto a muerte.
Porque fui un Edipo buscando la dicha
y pasé la vida equivocando el sueño,
porque de obsesivo nunca doy flores,
porque soy un acting que no tiene dueño,
porque a mis fantasmas nunca los digo,
porque cuando quiero no responde eso,
porque quise mucho y no me han querido
¡por eso canto, neurótico, por eso!