<%@LANGUAGE="JAVASCRIPT" CODEPAGE="1252"%> Disipando miserias - Carlos D. Pérez


Disipando miserias


No tiene compuesta la música

Al martillo que en la fragua
día a día nos golpea
oponemos sin reproche
a modo de contraseña
el canto fiel a la noche
con un son de disidencia.

Si en la cabeza retumba
algún fiero machaqueo
aplicamos la receta
que no tienen las farmacias
pero que al fondearse el vino
desata las elocuencias.

La inconsciencia de un impulso
cruzando a través del tiempo
despierta las armonías
en las guitarras guerreras
desafiantes por el canto
de pasión y antiguos cuencos.

Sólo para divertirnos,
el motivo no es cualquiera:
disipar esas miserias
cotidianas que son muchas
y apuntan contra la vida,
la vida que uno quisiera.

Y si alguna deuda chica
sin querer nos entrevera
seguimos de noche en noche,
consecuentes en la espera
con el canto en otro lado
volviendo a hacer la apuesta.

Que sin tiempo de pasiones
la semana va sobrando
y a todos nos va cubriendo
la penuria cotidiana
que nos tapa con su manto
de tedio y sabor a nada.

El motivo no es cualquiera,
con un sol en sostenido
y la música dispuesta
apostamos algo fuerte
porque el pulso de lo vivo
quiere ya subir la cuesta.


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