Hypnos


Letra Viva, Buenos Aires, 2023

La figura mitológica de Hypnos es la de un joven alado; en evidente alegoría, las alas le salen de las sienes. Su madre, Nyx, domina la noche; lo engendró por sí misma o con la asistencia de Érebo, dios del halo neblinoso que bordeando el mundo arroja sombras en los rincones subterráneos. Quizá hijo incestuoso -Nyx y Érebo son hijos de Caos, del caos merodeado por perros de la noche (yegua de la noche, nightmare, le dicen en inglés a la pesadilla)- Hypnos habita una cueva bajo una isla por la que fluye Lete, río del Olvido. Tiene de contraparte a su hermano gemelo, Thánatos, emblema de la muerte suave. La mitología freudiana estipula un contrapunto entre Eros y Thánatos, en tanto la griega lo hace entre Hypnos y Thánatos, mentando la competencia que noche a noche llevan a cabo para apoderarse del reposo de cada persona. Siglos más tarde, la controversia reaparece en Shakespeare cuando luego de la famosa cuestión del ser o no ser Hamlet exclama: ¡Morir… dormir! ¡Dormir… tal vez soñar!

Mil hijos engendró Hypnos con Pasithea, diosa de la alucinación y los estados alterados, los Oneiroi, manipuladores de la memoria queda, de enigmas, de absurdas composiciones, de la intrusa pesadilla. Conviene sumarle uno, como en las mil y una noches, para sugerir lo inconmensurable.

En los albores del siglo XX la prestancia de Hypnos, el oscuro, abrió su ombligo al descifrador mayor, quien con La interpretación de los sueños tuvo la osadía de pensar lo inconsciente. Y el inasible espacio entre diván y sillón ubicó el enigma que desde la antigua Grecia, al dormir, nos desvela.

En variedad de modos de escritura, los relatos de este libro aspiran a las maneras en que los mitos, lo inconsciente, se expresa.


Caer en cuerpo muerto 

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