Vértigo de cromáticas Música de Hernán Bonadeo Cuando escucho algo de música, más si la quiero cantar, cuando se hace cuesta abajo en cromáticas me da vértigo, me angustio ante el abismo y no lo puedo evitar. Yo de chica ya cantaba con acordes, con arpegios, calderones de silencio y unas cuantas cosas más, pero nunca por cromáticas me atreví a deslizar, el tobogán me marea y no lo puedo evitar. Ni José, vecino pérfido, ni Pablo en el zaguán, ni otros que no recuerdo me supieron ayudar. A una escala bien dispuesta, si, do, re, mi, fa, sol, la, me le animo en sostenidos, subo sin mirar atrás, pero en azules bemoles yo no la puedo bajar. Mi analista dice: abajo es donde hay que llegar, hasta ese íntimo espacio que nadie quiere escuchar. Es un canto desalmado, quisiera que ustedes digan en estos deslizamientos dónde tienen su verdad, algunos al elevarse, para otros al bajar, unos hacia delante, otros en marcha atrás. que en vértigo de cromáticas… que en vértigo de cromáticas… que en vértigo de cromáticas cada uno es cada cual.