

Ciertamente, hay pensamientos que, ajenos, se piensan a sí mismos, a pesar del esfuerzo que hacemos por comandar nuestras cabezas. El análisis me hizo ver que cuanto más importa un pensamiento, más esquivo… cómo decir… como cuando caemos en la cuenta de algo, nos cae la ficha y descubrimos lo que siempre estuvo ahí pero requiere que se le quite el velo, se lo devele.
